Vida y obra del autor


Benito Pérez GaldósBenito Pérez Galdós fue uno de los mejores representantes de la novela realista del siglo XIX. Algunos especialistas y estudiosos le han considerado como el mayor novelista español después de Cervantes. 

Se convirtió en el autor más representativo del Realismo español y gozó de gran prestigio entre sus contemporáneos. Fue autor de 31 novelas, 46 Episodios Nacionales, 23 obras de teatro, y el equivalente a 20 volúmenes de relatos y artículos periodísticos.
Como escritor alcanzó profundo conocimiento del ser humano y de sus pasiones. Realizó una continua reflexión y disección de la sociedad española de su época. Reprodujo, como nadie, la realidad social de su época y fue un gran creador de ambientes, costumbres, situaciones y acontecimientos. Para ello observaba atentamente, anotaba y recopilaba datos.
Galdós nació un 10 de mayo de 1843 en Las Palmas de Gran Canaria. Era el menor de los diez hijos. Su padre era un coronel del ejército y su madre una mujer de origen vasco y fuerte carácter. Recibió una educación rígida y religiosa, que no le impidió entrar en contacto, ya desde muy joven, con el liberalismo, doctrina que guio los primeros pasos de su carrera política. 
Desde pequeño, Galdós destacó por sus dotes musicales y su afición al dibujo. No fue un alumno especialmente brillante, pero sí lo era su memoria y su capacidad de observación. Parecía que le interesaba todo y todo lo contaba después, de modo que enseguida entró en los círculos periodísticos de las islas.
El escritor se trasladó a Madrid en el año 1862 para estudiar Derecho, pero se interesó más por los ambientes literarios y políticos de la capital. Se decantó, finalmente, por la escritura, sobre todo tras publicar su primera novela, “La Fontana De Oro” (1870), influenciada por el estilo periodístico.
A través de Francisco Giner de los Ríos, se introdujo en la filosofía del Krausismo, doctrina que se refleja bastante en su obra.
Galdós colaboró como articulista en diversas publicaciones, entre ellas “La Nación” o “La Ilustración de Madrid”. Dirigió “La Revista De España”.
En 1868 viajó a París y fue el primer traductor para España de su admirado Charles Dickens.
La lectura de La taberna, de Zola, descubrió el naturalismo para Galdós y cambió la forma de realizar sus novelas, incorporando, a partir de entonces, métodos propios de este movimiento literario, más avanzado que el realismo. Éstos, son la observación científica de la realidad a través, sobre todo, del análisis psicológico, aunque matizado siempre por el sentido del humor.
En 1873 comenzó la publicación de los Episodios Nacionales con Trafalgar, que seguirán hasta 1912, cuando aparece el último, Cánovas. Es un conjunto de cuarenta y seis novelas poco extensas, divididas en cinco series. Con ellas pretendió hacer la historia novelada de gran parte del siglo XIX. Galdós mezcla personajes de ficción con personajes históricos, importantes acontecimientos políticos y militares con sucesos cotidianos y privados. Consiguiendo de esta forma recrear una historia dinámica, cercana al vivir y sentir de sus contemporáneos.
La novela desheredada " (1881) ocupa un lugar importante en el mundo galdosiano. Es el punto de arranque del ciclo de " novelas españolas contemporáneas " en el que creó un universo propio paralelo a la sociedad española y, por otro lado, es el primer esfuerzo en plasmar las enseñanzas del naturalismo de manera original y creadora.
La obra cumbre de Galdós es Fortunata y Jacinta, publicada en cuatro volúmenes entre 1886 y 1887, considerada por algunos como la narración más importante en lengua castellana después del Quijote. La trama sirve al autor para presentar con gran maestría algunos escenarios geográficos e históricos de la ciudad de Madrid y los rasgos sociológicos de los ciudadanos que la habitan.
De 1886 a 1890 fue diputado por el partido de Sagasta, a pesar de la oposición ultracatólica que le reprochaba haber escrito Doña Perfecta (1876), al que consideraban un panfleto anticlerical.
Después de haber sido rechazada su candidatura unos años antes, ingresó en la Real Academia Española en 1897.
Galdós publicó Misericordia en 1897, una de sus mejores novelas. La acción acontece en Madrid y narra la vida penosa de dos mendigos. En esta novela, Galdós se adentra en la vida de los bajos fondos siguiendo con el estilo naturalista, pero ahora aparece una corriente espiritualista en los duros ambientes que el autor sigue mostrando. La protagonista, Benina, el personaje más auténticamente evangélico de toda la literatura española, se enfrenta con el egoísmo que la rodea.
A finales del XIX, pasó largas temporadas en Santander, ciudad en la que organizó interesantes tertulias frecuentadas por lo más granado de la cultura
Aunque fue autor de más de 20 obras dramáticas, apenas alcanzó el éxito en este terreno. Sin embargo, el estreno de su obra de teatro Electra (1901) fue un acontecimiento nacional.
En 1907 regresó como republicano al Congreso, y dos años después junto a Pablo Iglesias, fue jefe titular de la "conjunción republicano-socialista". No le concedieron el Premio Nobel, quizás por su ideología algo radical
Galdós nunca se casó y se le atribuyen multitud de romances, como el que vivió con la escritora Emilia Pardo Bazán, que fue una de sus más sinceras confidentes y colaboradoras.
En 1912, abandonó la política y sus escritos, aquejado de arteriosclerosis y de una ceguera progresiva.
Arruinado y víctima de la enfermedad, falleció el 4 de enero de 1920 en Madrid. Más de 20.000 madrileños acompañaron su féretro hasta el cementerio de La Almudena.
Episodios Nacionales: 
Los Episodios nacionales son una colección de cuarenta y seis novelas históricas que fueron redactadas entre 1872 y 1912. Están divididas en cinco series y tratan la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Sus argumentos insertan vivencias de personajes ficticios en la narración de los principales acontecimientos españoles del siglo XIX, desde la guerra de la Independencia española hasta los años de la Restauración borbónica en España.
Fueron publicados a partir de 1873 con el título genérico de los Episodios Nacionales que le sugirió su amigo José Luis Albareda. Ricardo Gullón, en uno de sus estudios (Galdós, novelista moderno), define la intención del escritor canario con estas palabras: «la primera idea de Galdós fue contar para todos las historias de la Historia.
En la primera serie, la mayoría de los episodios cuentan las andanzas aventureras y amorosas de Gabriel de Araceli a través de España entre 1805 y 1812. Diez son los títulos publicados en esta primera serie publicados entre 1873 y 1875: Trafalgar, La Corte de Carlos IV, El 19 de marzo y el 2 de mayo, Bailén, Napoleón en Chamartín, Zaragoza, Gerona, Cádiz, Juan Martín el Empecinado y la Batalla de los Arapiles. 
El personaje conductor (aunque no siempre protagonista) de la segunda serie es Salvador Mansalud, soldado de José Bonaparte, su novia Jenara (reflejo de la España más tradicional), y completándola Soledad (símbolo de la España futura). Otros diez títulos publicados entre 1875 y 1879 componen esta segunda serie: El equipaje del rey José, Memorias de un cortesano de 1815, La segunda casaca, el Grande Oriente, 7 de julio, Los cien mil hijos de San Luis, El terror de 1824, Un voluntario realista, Los Apostólicos y Un faccioso más y algunos frailes menos.
Parece ser que, en un principio, tras terminar la segunda serie dio por finalizada su tarea, pero tras el desastre del 98 y el importante contexto histórico en el que se encontraba el país, decidió retomar la tarea casi veinte años después y continuar con tres series más. 
Esta vez, ya como escritor mucho más maduro y ejercitado en el arte de narrar, escribió los diez episodios de la tercera serie en poco más de dos años. Componen la serie, publicada entre 1902 y 1906: Zumalacárregui, Medizábal, De Oñate a la Granja, Luchana, La campaña del Maestrazgo, La estafeta romántica, Vergara, Montes de Oca, Los Ayacuchos y Bodas Reales.
La cuarta serie se enmarca en los acontecimientos sucedidos entre los intentos revolucionarios de 1848, las vicisitudes y descalabros sucedidos durante el reinado de Isabel II, y el triunfo de la Revolución de 1868. En esta ocasión la trama viene de la mano de un señorito de la Alcarria, José García Fajardo. Compone la serie los siguientes episodios: Las tormentas del 48, Narváez, Los duendes de la camarilla, La revolución de julio, O’Donnell, Aitta Tettauen, Carlos VI en la Rápita, La vuelta al mundo en la Numancia, Prim y, finalmente, La de los tristes destinos.
La Revolución Gloriosa y los años de la Restauración al inicio del siglo definen el periodo de la historia en el que se enmarca esta quinta serie. Estos seis últimos episodios se caracterizan por el tono irónico, burlesco y sarcástico que dibuja el estilo literario del autor en esta última etapa. Son los siguientes: España sin rey, España trágica, Amadeo I, La Primera República, De Cartago a Sagunto y Cánovas.

Se convirtió en el autor más representativo del Realismo español y gozó de gran prestigio entre sus contemporáneos. Fue autor de 31 novelas, 46 Episodios Nacionales, 23 obras de teatro, y el equivalente a 20 volúmenes de relatos y artículos periodísticos. Como escritor alcanzó un profundo conocimiento del ser humano y de sus pasiones. Realizó una continua reflexión y disección de la sociedad española de su época. Reprodujo, como nadie, la realidad social de su época y fue un gran creador de ambientes, costumbres, situaciones y acontecimientos. Para ello observaba atentamente, anotaba y recopilaba datos.

Galdós nació un 10 de mayo de 1843 en Las Palmas de Gran Canaria. Era el menor de los diez hijos. Su padre era un coronel del ejército y su madre una mujer de origen vasco y fuerte carácter. Recibió una educación rígida y religiosa, que no le impidió entrar en contacto, ya desde muy joven, con el liberalismo, doctrina que guio los primeros pasos de su carrera política. 

Desde pequeño, Galdós destacó por sus dotes musicales y su afición al dibujo. No fue un alumno especialmente brillante, pero sí lo era su memoria y su capacidad de observación. Parecía que le interesaba todo y todo lo contaba después, de modo que enseguida entró en los círculos periodísticos de las islas.

El escritor se trasladó a Madrid en el año 1862 para estudiar Derecho, pero se interesó más por los ambientes literarios y políticos de la capital. Se decantó, finalmente, por la escritura, sobre todo tras publicar su primera novela, La Fontana De Oro (1870), influenciada por el estilo periodístico. A través de Francisco Giner de los Ríos, se introdujo en la filosofía del Krausismo, doctrina que se refleja bastante en su obra.

Galdós colaboró como articulista en diversas publicaciones, entre ellas La Nación o La Ilustración de Madrid. Dirigió La Revista De EspañaEn 1868 viajó a París y fue el primer traductor para España de su admirado Charles Dickens.

                                                            Retrato de Giner de los Ríos procedente de Wikimedia Commons        Retrato de Charles Dickens procedente de Wikimedia Commons

La lectura de La Taberna, de Émile Zola, supuso el descubrimiento del naturalismo para Galdós y le hizo cambiar la forma de escribir sus novelas, en las que incorporó, a partir de entonces, métodos propios de este movimiento literario más avanzado que el realismo, como la observación científica de la realidad a través, sobre todo, del análisis psicológico, aunque matizado siempre por el sentido del humor. 

En 1873 comenzó la publicación de los Episodios Nacionales con Trafalgar, continuando hasta 1912, cuando aparece el último, Cánovas. Los Episodios Nacionales son un conjunto de cuarenta y seis novelas poco extensas, divididas en cinco series. Con ellas pretendió Galdós redactar la historia novelada de gran parte del siglo XIX. En este trabajo se mezclan personajes de ficción con personajes históricos, así importantes acontecimientos políticos y militares con sucesos cotidianos y privados, consiguiendose de esta forma recrear una historia dinámica, cercana al vivir y sentir de sus contemporáneos.

La novela La desheredada (1881) ocupa un lugar importante en el mundo galdosiano. Es el punto de arranque, junto con Ángel Guerra, del ciclo de "novelas españolas contemporáneas" en el que Galdós creó un universo propio paralelo a la sociedad española. Por otro lado, es el primer esfuerzo en plasmar las enseñanzas del naturalismo de manera original y creativa.

                                                                                                       La desheredada   Ángel Guerra

La obra cumbre de Galdós es Fortunata y Jacinta, publicada en cuatro volúmenes entre 1886 y 1887, considerada por algunos como la narración más importante en lengua castellana después del Quijote. La trama sirve al autor para presentar con gran maestría algunos escenarios geográficos e históricos de la ciudad de Madrid y los rasgos sociológicos de los ciudadanos que la habitan.

Doña PerfectaDe 1886 a 1890 Pérez Galdós fue diputado por el partido de Sagasta, a pesar de la oposición ultracatólica que le reprochaba haber escrito Doña Perfecta (1876), novela a la que consideraban un panfleto anticlerical.

Después de haber sido rechazada su candidatura unos años antes, ingresó en la Real Academia Española en 1897.

Galdós publicó Misericordia en 1897, una de sus mejores novelas. La acción acontece en Madrid y narra la vida penosa de dos mendigos. En esta novela, el autor se adentra en la vida de los bajos fondos, que nos muestra con un estilo naturalista, acompañado esta vez por una corriente espiritualista que suaviza los duros ambientes descritos. La protagonista, Benina, el personaje más auténticamente evangélico de toda la literatura española, se enfrenta con el egoísmo que la rodea.

A finales del XIX, pasó largas temporadas en Santander, ciudad en la que organizó interesantes tertulias frecuentadas por lo más granado de la cultura

Aunque fue autor de más de 20 obras dramáticas, apenas alcanzó el éxito en este terreno. Sin embargo, el estreno de su obra de teatro Electra (1901) fue un acontecimiento nacional.

                                                                    Electra    Electra

En 1907 regresó como republicano al Congreso y dos años después, junto a Pablo Iglesias, fue jefe titular de la "conjunción republicano-socialista". No le concedieron el Premio Nobel, quizá por su ideología algo liberal.

Galdós nunca se casó, aunque se le atribuyen multitud de romances, como el que vivió con la escritora Emilia Pardo Bazán, que fue una de sus más sinceras confidentes y colaboradoras, tal y como se refleja en sus cartas.

En 1912, abandonó la política y sus escritos, aquejado de arteriosclerosis y de una ceguera progresiva. Arruinado y víctima de la enfermedad, falleció el 4 de enero de 1920 en Madrid. Más de 20.000 madrileños acompañaron su féretro hasta el cementerio de La Almudena.

 

Episodios Nacionales: 

Los Episodios nacionales son una colección de cuarenta y seis novelas históricas que fueron redactadas entre 1872 y 1912. Están divididas en cinco series y tratan la historia de España desde 1805 hasta 1880, aproximadamente. Galdós narra los principales acontecimientos de la historia de la España del siglo XIX a través de los ojos de personajes ficticios, desde la guerra de la Independencia hasta los años de la Restauración borbónica en España.

Fueron publicados a partir de 1873 con el título genérico de Episodios Nacionales, que le sugirió su amigo José Luis Albareda. Ricardo Gullón, en uno de sus estudios (Galdós, novelista moderno), define la intención del escritor canario con estas palabras: «la primera idea de Galdós fue contar para todos las historias de la Historia».

CádizEn la primera serie, la mayoría de los episodios cuentan las andanzas aventureras y amorosas de Gabriel de Araceli a través de España entre 1805 y 1812. Diez son los títulos publicados en esta primera serie publicados entre 1873 y 1875: Trafalgar, La Corte de Carlos IV, El 19 de marzo y el 2 de mayo, Bailén, Napoleón en Chamartín, Zaragoza, Gerona, Cádiz, Juan Martín el Empecinado y La batalla de los Arapiles.

El personaje conductor (aunque no siempre protagonista) de la segunda serie es Salvador Mansalud, soldado deMemorias de un cortesano de 1815 José Bonaparte. Le acompañan su novia Jenara (reflejo de la España más tradicional), y Soledad (símbolo de la España futura). Otros diez títulos publicados entre 1875 y 1879 componen esta segunda serie: El equipaje del Rey José, Memorias de un cortesano de 1815, La segunda casaca, El Grande de Oriente, 7 de julio, Los cien mil hijos de San Luis, El terror de 1824, Un voluntario realista, Los Apostólicos y Un faccioso más y algunos frailes menos.

Parece ser que, en un principio, tras terminar la segunda serie, dio por finalizada su tarea, pero tras el desastre del 98 y el importante contexto histórico en el que se encontraba el país, decidió retomarla casi veinte años después y continuar con tres series más. 

Esta vez, ya como escritor mucho más maduro y ejercitado en el arte de narrar, escribió los diez episodios de la tercera serie en poco más de dos años. Componen la serie, publicada entre 1902 y 1906: Zumalacárregui, Medizábal, De Oñate a la Granja, Luchana, La campaña del Maestrazgo, La estafeta romántica, Vergara, Montes de Oca, Los Ayacuchos y Bodas Reales.

                                                           Episodios Nacionales - Tercera Serie  Los Ayacuchos   Bodas Reales

La cuarta serie se enmarca en los acontecimientos sucedidos entre los intentos revolucionarios de 1848, las vicisitudes y descalabros sucedidos durante el reinado de Isabel II, y el triunfo de la Revolución de 1868. En esta ocasión la trama viene de la mano de un señorito de la Alcarria, José García Fajardo. Componen la serie los siguientes episodios: Las tormentas del 48, Narváez, Los duendes de la camarilla, La revolución de julio, O’Donnell, Aitta Tettauen, Carlos VI en la Rápita, La vuelta al mundo en la Numancia, Prim y, finalmente, La de los tristes destinos.

La Revolución Gloriosa y los años de la Restauración al inicio del siglo definen el periodo de la historia en el que se enmarca la quinta serie. Estos seis últimos episodios se caracterizan por el tono irónico, burlesco y sarcástico que dibuja el estilo literario del autor en esta última etapa. Son los siguientes: España sin rey, España trágica, Amadeo I, La Primera República, De Cartago a Sagunto y Cánovas.