Hafiz. Ab'Oel. 3 Ab-del-]|Ioti*i. demuestra su timidez. Luego se dirige á los moros) Ab. Zoraida, [)or níed.'id!... Alríís vosotro»! ZüR. Arroja tu puñal, y que tus siervos . se alejeu de este sitio {4b-del, obedece, y los moros su orden ) Ab. He tiraos!... (Los moros se van por el foro; Zoraida tiende una mirada majestuosa por la escena, satisfecha de ser obedecida, y luego se dirige á Agenor.) ZoR. Abrázame, y adiós, amado dueño! Age. No me sigues, Zoraida? .. ZoR. No conoces que el que puso en salvarme tanto empeño, me matará primero que perderme?... Para salvar tu vida , aquí me quedo. Age. Me amarás siempre?.. ZoR. Ves del sol los rayos brillantes alumbrar el hemisferio?... Age.Si, sí: qué hermosos!.. Oh!... ZoR. Pues estinguido primero que mi amor verás su fuego. Ahora, Agenor, Adiós!... Age. Adiós, Zoraida!... (La besa la mano , y salta por la ventana.) Ab. Oh! Yo, cristiano, atajaré tu vuelo!... (Zoraida hace una seña imperiosa. Ab-del repoje su puñal y la sigue por el foro ) FIN DEL PRIMER ACTO. ACTO SEIGIJMI^O. Salon régiodel Alcázar de Soria. Puerta practicable al,foro. Ventana á la derecha, en üllimp término. Puerta á la izquierda, en segundo término, que.indique por sus colgaduras y adornos dar paso á la habitación del Rey. Muebles de lujoal gusto de la época, y entre ellos el sillón real con las armas de C astilla. ESCENA PRIMERA. Ab-del-Motrí, y Hafiz. Hafiz. Espero, señor, tus órdenes. Ab-del. Tu deber es vigilar... . Solo en tí confio. Hafiz; mereces bien mi amistad; que yo nunca descansára sin un guarda tan leal. Solo en los mahometanos Hafiz, debemos fiar, que tiene pocos parciales D. Pedro en la cristiandad. Es cierto , señor; jo vi en Calahorra aclamar por su rey á D: Enrique con júbilo general. Cuando llegué, mensajero á brindarle con la paz, el infante, desdeñoso, no mo quiso contestar; ' y el condestable francés con arrogante ademan, ' y amenazador, nie dijo á Búrgos podéis tornar; y decid á vuestro amo que en Búrgos se tratará dé esa paz que nos propone; ' pero debéis galopar si queréis llegar primero que los qué el aviso os dan. A» DEi,. Ese Bellrán Duguesclin, Hafiz. Hafiz. .Ab del. Hafiz. Ab-del. HafiL Ab-del. Hafiz. de tanta temeridad, con su invencible renombre al fin se vendrá á enredar eii el lazo que le tienda la astucia de un musulmán; (Jue no siempre !a fortuna á la audacia ha de premiar. Lo cierto es que la amenaza vimos cumplir de Beltran; que á Búrgos llegó el infante, y el Rey dejó la ciudad. Quise yo que la dejára; que Búrgos poblada está de fanatices cristianos que odian la raza oriental. Ahora, el príncipe de Gales, . con sus bretones nos dá gran refuerzo , y la victoria podemos asegurar. Si las sienes del infante ya coronadas están, en Galaliorra y en Búrgos, qué mas puede desear?... ; Le haremos de sus conquisas una abdicación legal, y así la sangrienta lucha lograremos evitar. Y á sus pueblos castellanos D. Pedro renunciará. Eso... después lo veremos... En prueba de lealtad, reconocido el infante, sin duda á Soria vendrá á dar gracias á D Pedro y su real mano á besar. Arrodillado ante el trono... es entonces natural, que si inclina la cerviz... haga el háchalo demás. Si D. Enrique fallece, la guerra concluirá, ' y los pueblos darán gracias por haber vuelto á la paz. Oh! Señor , digno de vos es tan magnífico plan; pero sin guerra , los árabes podrán la España pisar?... Sí; porque los españoles- verán con odiosidad á D. Pedro , y en nosotros su poder apoyará. D. Fadrique y doña Blanca ya no pueden estorbar; en muriendo D. Enrique, poco estorbo es lo demás. . A los crímenes del Rey, unido vá el musulmán; á su triunfante poder unido también irá. Impúrta, Hafiz, que á D. Pedro no puedan nünca llegar mensajeros de Sevilla, donde la Padilla está. , Desde el último que pude en Segovia aprisionar, : ninguno se lia presentado. Hafiz, vela!... . ' Descuidad. (Hafiz saluda y se va por el foro.)