Amor, y amor propio.' Edo. (rehusando.) Gracias, señora. Enb. Ah! usted ha almorzado? Edo. No señora. Enr. (comiendo.) Entonces, se mantiene usted del aire? Aquí vivimos de otro modo. Edo. (con intención.) Ya lo estoy viendo, señora. Dol. (observando d don Eduardo.) (Pobre don Eduardo ! La señora tiene razón j esta vez él la quiere dé veras.) Enr. Dolores? Dol. Señora? Enr. Vé á preparar el café. Dol. Voy, señora, (vase.) ESCENA VII. Enriqoeta, Eduardo, Don Calisto. Enr. Ahora, ataquemos el pollo. Edo. (con despecho.) Vamos, valor! Enr. Después atacaremos las perdices. Edo. (perdiendo la paciencia.) Las perdices! Enr. Sin duda... pero qué tiene usted? Edo. (Ya no.puedo mas.) (se levanta.) Señora... Enr. Caballero... Edo. Poseo cuarenta rail duros de renta, amo á usted como un loco, ,y tengo el honor dé pedirla su mano. Enr. Cómo? Edo. S¡ señora. Enr. (ríendodcarCfl;fldos:) Ja, ja, ja, ja! Cal. (imitándola.) Ja, ja, ja, ja! Edo. Señora... Enr. (riendo.)Caballero... Ja, ja^ ja..., Edo. Trate usted mas seriamente.... Enr. (calmándose Un poco.) Bien quisiera, caballero... pero es una ocurrencia tan chistosa.,. Cal, Ah! si, es chistosa!... (riendo.) ja ja ja. Edo. (apretándole el brazo.) Quieres callarle? Cal. (agitandoelbrazo, con dolor.) Demonio! Enr. Interrumpir un almuerzo para hacer una petición de esa naturaleza! Edo. Eso prueba, señora, la vivacidad del sentimiento que me anima. Si yo estoy loco, culpa es de usted que me ha trastornado la cabeza. Enr. y sin embargo, no creo haber hecho nada para ello. Edo. Qué importa? Yo no sé mas que una cosa, y es que amo á usted! Ah! se lo suplico, respóndame usted sériamente. Enr. Caballero, la posición en que usted me pone es bastante delicada... Edo. Pues bien, contésteme usted si ó no. Enr. Usted lo quiére?.. Pues, bien... no. Edo. Qué oigo! Cal. (satisfecho.) Bravo! Edo. (haciéndole dar una pirueta d don Calisto.) Quieres callarle? Cal. (Demonio! Qué fuerzas tiene!) Edo. Será posible que desconozca usted tanto amor? Enr. No lodudoj pero si fuese preciso amar á cuantos nos aman, seria cuento de no acabar. . Edo. Pero es que amo á usted con un amor escepcional! Enr. Tanto peor para usted. Cal. (ocultándosede Eduardo.) Bravo! Bravo! Si á nadie quiere mas que á mi! Enr. Desengáñese usted, caballero; en el amor, como en todas las cosas de la vida, hay sus riesgos y peligros, su pro y su contra. Si no se llega á agradar, no debe uno culparse sino á si mismo. Edo. Es usted cruel, señora. Enr. (Si él supiese!..) . Edo. Pues bien; ya que es asi, ya que mi amor no ha despertado en su corazón sino un sentimiento de profunda indiferencia, yo la olvidaré como se olvida un sueño de ventura, (con. emoción.) A Dios, señora, el tren vá á salir, partiré por el camino de hierro. Enr. (mMí/íurñflda.) (Qué hacer?) Edo. (que ha tomado su sombrero; conmovido.) Adiós, señora. Enr. (turbada.) Caballero... Edo. Adiós para siempre, (vase vivamente.) Enr. (agitada.) Ay! Dios mió! Cal. (Pues señor, me alegro.) escena XIIl. Enriqdeta, Don Calisto. ' Enr. (cada vez mas agitada^) Cómo? Se.queda usted ahi, don Calisto? Cal. Señora... Enr. (id.) Deja usted ir á su amigo de colegio, al sobrino de la señora de Alvaredo! Cal. Señora... ENr. Corra usted! Deténgalo! Cal. No lo entiendo.) Ene. (con impaciencia.) Veto vaya usted, don Calisto, vaya usted. Cal. Voy señora, voy corriendo, (vase con mucha calma.) , . ' ESCENA XIV. Enriqueta, sola. Ah! He ido demasiado lejos! Lindamente me he vengado!.. Qué hacer? Y Dolores que no viene..; (toca la campanilla.) D. Calisto no llegará á tiempo, estoy segura... (llama otra vez.) Si ha llegado ya al camino de hierro, será imposible detenerlo. Oh! Esto es para volverse loca! (Wama mas/‘neríe.) ■ • ESCENA .XV.:' . Enriqueta, Dolores. Dol. (entra riendo.) Ja, ja, ja. Enr. Qué significa... Dol. Jesus! Qué estfipido es ese buen señor don Calís- lo! Acabo de darle una idea para que sé haga querer de usted..-, ya verá usted.. Enr. No se trata ahora de él, sino de don Eduardo, que acaba de partir., Dol. Luego no la ama á usted? Enr. Al contrario, me adora; se ha marchado furioso, porque para darle una lección, me he burlado de él. Dol. De veras? Enr. Si... en este momento estará ya en la estación del camino de hierro. Dol. Pero también cuando usted há visto que la quería de veras, por qué... Enr. Qué se^o... No sé lo que bacía... Pero cómo detenerle? Dol. Sí la señora le escribiese.,. Enr. Escribirle? Dol. Sin duda. ; í Enr. Jamas! Dol. Es el único medio para que vuelva. Enr. Bien, le escribiré, (se prepara á escribir.),Peró qué voy á decirle? Dol. Dígale usted; nCaballero, yo le amo.» Enr. Por supuesto!