,. AMOR. Y AMOR PROPIO. Comedia en un acto, arreglada del francés por los Sres. García González y Lalama, para repre-- smtarse en Madrid, el año de 1857, PERSONAS. Don Eduardo Zasiora. Don Calisto. Enriqueta. Dolores, doncella de Enriqueta. Un CRIADO, La escena en nuestros días, en Aranjüez. Salon amueblado ricamente. AI fondo una puerta grande; puertas laterales. A la derecha una ventana; piano, velador, sofá, etc. etc. ' ESCENA PRIMERA, Enríqueta, después Dolores. Enriqueta está sentada, bordando en una lapiceria; viste sencillamente; después di'un momento, toca una campanilla, y aparece Dolores. Enr. Dolores? Dol. Señora? {llevándole algunos periódicos,) Enr. Han llegad© los diarios? Dol. Si, señora, aqui están. Y no son pocos! {leyendo los títulos d medida que tos pone al lado de Enriqueta.) El carreo déla Moda, La Epoca, El Museo délas familias. La Ilustración... Estoy segura, que usted sola, recibe mas periódicos, que'cuantos concurren al sitio de Aranjüez. Enr. No esestrañó; tarribien yo me fastidio, nías que cuantos están en él. Dol. Ah ! es que, aunque ias suscriciones de la señora sean tantas, ha descuidado sin embargo suscribirse á la mas esencial. Enr. a cual? Dol. Al casamiento, señora. Enr. Ah! Es tan difícil casarse á gusto! Dol. La señora tiene, sin embargo, donde escoger, entre tantos como suspiran por ella. Enr. Es verdad... pero entre todos, no he encontrado un mariílo de raí agrado, y estoy decidida á seguir viuda, hasta que se presente. Dol. Lo malo será,q.ue larde mucho, Enr. Me parece que á mi edad, bien se puede esperar. Cuando mi lio, mi único pariente, roe casó con él, seducido por el'nómbre' y la fortuna del general Ruiz’, apenas tenia yó diez y seis años. Asi es, que por bue no que para mi fuese mi marido , no lardé en comprender lodo lo que puede sufrir una joven casada con un hombre á quien do puede querer, sino como á un amigo. Dol. Con lódo, se dice que su marido de usted era nñ bravo militar. r. Ene. {tristemente.) Unjbrayo militar, si, pero uninarido . muy feo. Oh! la esperiencia del pasado me servirá de hoy mas para no sufrir otra influencia que la de mi corazón. Dol. Sin duda... y esto que yo digo, es.poririlerés á'mi señora... Es tan, triste vivir sola! Enr. {suspirando.) Oh! si! Dol. No sé por qué bandado en hablar mal de los "hombres.; yo dé mi sé decir, que muchas veces son necesarios. Hoy, por ejemplo, si lá señora estuviese casada, podria viajar!.. Enr. Y vivir en Madrid, mientras que ahora, esté^ condenada por las.conveniencias, á rnorir de fastidio en Aranjüez, siendo el blanco de las necedades importunas de una multitud de pretendientes, á cual mas ridículos, que me abruman con sus quejas y?us declaraciones. Dol- .4 creerlos, cualq.uieradiría que la señora rto tiene COI azon. Se me Ggura que el más enamorado de todos es don Calisto. Enr. Qué cosa tan linda seria oirse llamar la señora de don Calisto! Dol. y qué feo es! Luego, con aquellos pelos tan largos y tan enredados! Su cabeza parece un bosque! Y qué orgulloso está el buen horabré con su cabellera! Enr. No me hables de él, no puedo SufrirlB. Un Criado, {entrando.) Él señor don Calisto pregúntá si la señora está visible. Dol. Bueno! En nombrando ál ruin de Roma... Enr. Qué hago? Dol. Si le incomoda á usted, señora, no le reciba. Enr. Si, pero es capaz de volver diez veces al día: Mas vale deshacernos de él de una vez. {ql criado.) Que entre, (case él criado.') Dól. Usted es demasiado buena, señora... Si fuese yo... Enr. No me dejes. Dol., No tenga usted cuidado. 1 o (D o E =3 c DQ