^9 Zarate , libro tercero , capítulo once , y Francisco Lopez de Gomara , capítulo ciento y cuarenta y unoj y las de Gomara , sacadas á letra, son las que se siguen en el capítulo siguiente. CAPÍTULO XXXVIII. Lamentables sucesos que hubo después de la ba- talla de las Salinas. Acudieron luego los de Almagro , y Gonzalo Pizarro por su parte> y pelearon todos como españoles bravísimamenle > mas vencieron los Pizarros, y usaron cruelmente de la victoria; auuque cargaron la culpa dello á los vencidos con Alvarado en la puente de Amancay, que no eran muchos y queríanse vengar. Estando Orgoños rendido á dos caballeros , llegó uno que lo derribó y degolló. Llevando también uno rendido, y á las ancas el capitán Rui Diaz, le dió otro una lanzada que lo mató j y asi mataron otros muchos, después que sin armas los vieron. Samanicgo á Pedro de Lcrma , a' puñaladas en la cama de noche. Murieron peleando los capitanes Moscoso , Salinas y Hernando de Alvarado , y tantos españoles, que si los indios .(como lo habían platicado) dieran sobre los pocos y heridos que quedaban, los pudieran fa'cilmente acabar: mas ellos se embebecieron en despojar los caidos, deja'ndolos en cueros y en robar los reales , que nadie los guardaba} porque los vencidos huian , y los vencedores perseguían. Almagro no peleó por su indisposición^ miró la batalla de un recuesto, y metióse en la fortaleza como vió vencidos los suyos. Gonzalo Pizarro V Alonso de Alvarado lo siguieron y prendieron , y lo echaron en las prisiones en que los habla tenido. Hasta aqui es de Gomara, con que acaba aquel ^;0 Je